– Nunca se te dio bien dejar a las chicas, pero pensé que al menos te despedirías de Daniel y Charlotte.
Por lo visto, había conocido a alguien y se iba con ella a Baltimore. Mandaría dinero todos los meses e iría a Nueva York un par de días en las vacaciones para ver a los niños, ya que, según él, eso sería más fácil para ellos que estar cambiando de manos continuamente.
– Seguro que encuentras un hombre que sea mejor padre que yo. Ya sabes, nunca me gustaron mucho los niños – le dijo.
– ¿Es eso lo que quieres que les diga cuando les explique por qué no te ven? ¿Porque no te gustan los niños? ¡Eres su padre, Bill, ellos sí te tienen que gustar!
– Christine, por favor...
Recordó entonces lo difícil que era discutir con él, siempre empeñado en tener la razón aunque supiera que no la tenía. Así que no dijo nada más y se quedó allí, sentada en el brazo del sofá, viendo cómo el chico que a los veintitantos había prometido no dejarla, la dejaba.
Las cosas cambian tanto desde los veintitantos...
ResponderEliminarMe ha gustado mucho el blog.
Seguiré por aquí.
;)
Vaya escusa más miserable.
ResponderEliminarBesos ^^
Jo, no me cae nada bien ese Bill, uno debe hacerse responsable de las consecuencias que provocan ciertos actos.
ResponderEliminarUn besito (:
me gusta me gusta :)
ResponderEliminarSIempre promesas que no son capaces de cumplir...
ResponderEliminarsiempre haciendo cosas con las que tarde o temprano se arrepentirán.
Que triste...
ResponderEliminarHa sido un final impresionante, clavado :)
¡Besos!
¡Y que no vuelva! Que esos son de los que tienen una patata en lugar de corazón.
ResponderEliminar(cosquillitas en
la tripa)
Cuanto antes se vaya, antes podrá olvidarlo y volver a vivir ¡y mucho más feliz!
ResponderEliminarpor eso casi nunca prometo nada. es un contrato demasiado complicado.
ResponderEliminarQuiero contarte que me gusta tu blog, Bego. Te sigo por acá también.
ResponderEliminarme gusta mucho!
ResponderEliminarun besito
oh vaya.. yo también conozco a unos cuantos tipos así.. de esos que ganan todas las discusiones sin tener razón alguna, simplemente porque con ellos no se puede discutir! Qué mal me cayó Bill!
ResponderEliminarBesitoos, eche de menos pasarme por aqui..
Tienes una sorpresa en mi bloog! A ver si regresas uno de estos dias..
ResponderEliminarEso no es amor :(
ResponderEliminar¿De verdad crees que hay un modo... bueno, bonito de dejar a una chica? No sé, por suerte (o por desgracia) a mí nunca me han dejado.
ResponderEliminarGracias por tu visita de hace meses. Te sigo.
...traigo
ResponderEliminarsangre
de
la
tarde
herida
en
la
mano
y
una
vela
de
mi
corazón
para
invitarte
y
darte
este
alma
que
viene
para
compartir
contigo
tu
bello
blog
con
un
ramillete
de
oro
y
claveles
dentro...
desde mis
HORAS ROTAS
Y AULA DE PAZ
COMPARTIENDO ILUSION
BEGO
CON saludos de la luna al
reflejarse en el mar de la
poesía...
ESPERO SEAN DE VUESTRO AGRADO EL POST POETIZADO DE CARROS DE FUEGO, MEMORIAS DE AFRICA , CHAPLIN MONOCULO NOMBRE DE LA ROSA, ALBATROS GLADIATOR, ACEBO CUMBRES BORRASCOSAS, ENEMIGO A LAS PUERTAS, CACHORRO, FANTASMA DE LA OPERA, BLADE RUUNER ,CHOCOLATE Y CREPUSCULO 1 Y2.
José
Ramón...
Las promesas siempre terminan apuñalando por la espalda al que las crea! no te dejes engañar...
ResponderEliminarLo mas hermoso de la historia es lo que no se cuenta. Lo mas triste de toda la historia no es el hecho de que él se vaya y no quiera a los niños, lo mas triste es que ella, se acostumbró a querer y vivir con alguien que hacía tiempo que no quería hacerlo con ella. Construyó en sí misma el argumento falso de que al final, la cosa iría o a mejor o a peor, pero nunca se pronunció sobre nada, en realidad, ya nada la podía ir peor desde el momento en se se dio cuenta que ya no era el mismo veinteañero con quien juró amor eterno.
ResponderEliminarCon tu permiso, me quedaré un ratito mas por tu blog.
Un saludo,
Ferxolate!!