15.5.09

La vida de Nya no era convencional. Pasaba sus días recorriendo a pie casi todo Estados Unidos, pero no por grandes ciudades; demasiada contaminación, demasiada gente, demasiada corrupción. Y eso a ella no le gustaba, prefería los pueblos pequeños, acogedores, con pocas personas. En especial los del estado de Washington, rodeados por completo de bosques, húmedos y fríos. Odiaba el calor, aunque con tal de estar en un lugar que no conociera, era capaz de sacrificarse. Porque eso sí que le gustaba de verdad, conocer. Pero, por lo general, se movía por el norte. Cuando la veían caminando sola por carreteras secundarias, a veces la paraban, creyendo que podía ser alguna adolescente que había huído de su casa. Parecía más joven de lo que era, y por su pálida piel, el pelo tan rubio y los ojos azules, se la veía hasta frágil. Pensaban que era increíble que hiciera eso, sin tener miedo de nada. La gente no entendía por qué había dejado su casa y familia en Finlandia, y eran muchos los un día te encontrarás a algún desgraciado y te arrepentirás de haber venido que escuchaba en cada pueblo por el que pasaba. Pero a ella le gustaba la vida que llevaba, y no le importaba correr el riesgo de lo que pudiera pasar. Normalmente, no se quedaba mucho tiempo que cada sitio, el suficiente para conseguir algo de dinero y seguir con su camino. Solía encontrar una casa en la que le dejaran una habitación por un precio razonable - y ella ya era más o menos conocida entre los pueblos -, por si no, llevaba su tienda de campaña. Iba preparada, había cogido un vuelo Helsinki-Nueva York para eso. Al acercarse el invierno, se movía a alguna ciudad, compraba ropa de abrigo y volvía a su ruta. Le gustaba lo de no tener casi preocupaciones. No sabía cuánto tiempo más iba a estar así, echaba de menos a su familia y amigos, pero le quedaba mucha vida por delante, y todavía no quería regresar a Finlandia, ni asentarse en Seattle, Phoenix, ni siquiera una localidad pequeña. No necesitaba nada ni nadie más, y cuando lo hiciera, ya pensaría qué hacer.

2 comentarios:

  1. A Cat le gustaría caminar un poquito con Nya, contarle cuentos mientras sienten en la piel el olor de esos bosques húmedos que parecen tener magia dentro.




    un miau que se ríe a carcajadas, bonita.

    ResponderEliminar

¿quieres contarme algo?