14.10.09

Tormentas de verano

Me despertó el sonido de la lluvia contra el tejado y el viento que entraba por la ventana abierta y movía las cortinas. Aún era pronto y, además, sábado, pero Marina ya no estaba en la cama; me puse la primera camiseta que encontré y bajé las escaleras. Todo el primer piso olía a café recién hecho y a tormenta de verano. Medio dormido, salí al jardín y, todavía en pijama y descalza, estaba ella, empapada, con una sonrisa de oreja a oreja.
–¿Qué haces aquí?– le pregunté acercándome para besarla.
–Tenías que haber visto cómo llovía hace un rato. He mirado por la ventana y he bajado corriendo, se está genial así – me contestó.
– Pues a mí me parece que tienes la piel de gallina, ¿quieres que te traiga una chaqueta o algo?
– No, si te vas a quedar no me hace falta – me dijo, acurrucándose bajo mis brazos mientras la lluvia caía cada vez más fuerte sobre nosotros.

6 comentarios:

  1. Ainsssss, si se queda no necesita chaqueta ni nada. Un beso

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  2. Con abrazo como ese ¿quién necesita chaquetas?

    Muás :)

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  3. Que lindas historias, tan cargadas de cariño y complicidad. Y se te echaba de menos querida!
    A veces tener el corazón caliente puede más que un escalofrío..

    Adoro la foto, y las tormentas de verano.

    Besos ^^
    (LLL

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  4. Hay que afrontar las sorpresas buenas y malas, en la vida no todo es bueno.

    La piel de gallina me gusta.

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  5. El café con tormenta de verano huele más rico.


    miau
    en
    un
    carrousel

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  6. Me ha recordado a la intro de Mi vida sin mí, sólo que esta es romántica y preciosa :)
    Yo también quiero que me abracen bajo la lluvia!


    :*

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