3.1.10

Lucy esperaba en un banco de la estación, resguardada de la lluvia, y no había dejado de enrollarse y desenrollarse un mechón de pelo desde que llegó. Estaba nerviosa y no dejaba de mover una pierna, llevaba ya casi media hora y Jack tendría que haber llegado en el tren de las seis y diez. Miró el reloj y decidió que se quedaría sólo cinco minutos más, se estaba congelando y, además, no tenía paraguas para volver a casa; sabía que se tenía que haber ido hacía ya rato, tal vez ni siquiera debía haber salido. Seguramente Jack la llamaría al día siguiente para decirle que no había podido llegar por la lluvia o algo así, quizá ni siquiera hubiera comprado el billete y ella era la tonta que se creía todo lo que le dijera. Lucy no quería quererlo como lo hacía, al principio fue bien, pero, desde que se mudó, no sabía si él ya se había cansado de ella o qué. Se quitó los cascos del iPod de un tirón y los guardó en el bolso; habían pasado ya los cinco minutos que se había dado de plazo pero no quería irse, se quedaría hasta que pasara el último tren de Copenhague y estuviera segura de que no iba a llegar.
Oyó el sonido de un tren y se levantó corriendo del banco, el corazón le latía muy deprisa, pero, cuando se acercó, se dio cuenta de que no era el del andén en el que estaba, sino el de enfrente. Empezó a llorar, tenía claro que Jack no iba a venir, que no la quería ni le importaba ni lo más mínimo. "Eres lo más tonto del mundo" se dijo, mientras recogía sus cosas. Se secó las lágrimas y empezó a andar hacía la puerta para volver a su casa.
–¡Lucy!– escuchó detrás suyo cuando llegaba al hall de la estación. Jack corría hacia ella, empapado y con una sonrisa enorme, y la abrazó más fuerte que nunca – La lluvia ha retrasado muchísimo los trenes, he conseguido colarme en el de las seis menos veinte, porque sino a las diez de la noche seguro que seguía allí esperando. No sabes lo que te he echado de menos – dijo, sin soltarla.
Y tenía razón, Lucy no sabía nada, no tenía ni idea de las ganas que tenía Jack de verla, ni del dinero que llevaba ahorrando para pagar los billetes ni de lo ahorraría para todos los que hicieran falta.
– Te quiero – le susurró ella.
– Yo también, muchísimo.
Aprovecho para agradecerle a Jime (http://jimeysublog.blogspot.com/) mi segundo premio. ¡Gracias, gracias, gracias!
Las condiciones del premio son:
- Mostrar la imagen del premio.
- Agradecerlo a quien lo ha concedido.
- Explicar por qué amo tanto leer.
- Conceder el premio a otros blogs.
Para mí, leer es un placer. No hay día que no lea, por poco que sea, y cuando termino un libro tengo que empezar casi inmediatamente otro. Me encanta cómo me lleva a otro mundo, emocionarme, y evadirme de todo sólo interesada en lo que pasa en la página siguiente.
Y ahora, doy el premio a algunos de mis blog favoritos:
Me llaman Octubre, http://octubremellaman.blogspot.com/
Miss Poulain, http://lascosasdemisspoulain.blogspot.com/
Ilusión, http://palabraseilusiones.blogspot.com/
Dunkel, http://justdunkel.blogspot.com/

5 comentarios:

  1. Pobre y ella que ya se iba, creo que Jack no se merece tanta desconfianza con lo lindo que es.

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  2. Precioso relato,en serio. Como todos y cada uno de los que escribes, me ha encantado.
    un beso y feliz año!

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  3. :_) me ha encantado el texto... y bueno, qué decirte en cuanto al premio. Es el primer que recibo y me ha hecho una ilusión enorme (sobre todo porque eres de mis primeros contactos).

    Millones de gracias pequeña!

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  4. Quiero volver un día desde Copenhague en tren. (y llevaré paraguas por si quien me espera no tiene y está lloviendo a mares)



    (un miau
    y un vaso de zumo
    de pomelo)

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  5. Pobre Jack :(
    Que bonita historia.
    Y felicidades por tu premio!
    Un beso.

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